Mundial 2022: Primera jornada de octavos de final (3 de diciembre)

ARGENTINA 2-AUSTRALIA 1 (Estadio Ahmad bin Ali): Cuando la película amenaza con un giro de 180 grados en la última escena, el latido final se queda con todo. Una emoción límite, que opera como una descarga capaz de borrar lo visto y escuchado hasta ese instante…


El segundo tiempo de Messi, por fútbol y entrega física, lo mostró en plenitud. Intacto, fundamentalmente con relación a las lesiones que se fueron “cicatrizando” en la previa del torneo. Y dos postales que no se pueden separar. Por un lado el festejo final, pero antes la atajada de Martínez que se transformó en el “tercer” gol argentino ante los australianos.  

Es muy cierto que las pulsaciones se aceleraron al máximo cuando Kuol le ganó la posición a Tagliafico, para recibir el centro desde la izquierda y buscar el arco. Tan real como que en esas décimas de segundo que le tomó a Dibu dejar su arco, apretar al delantero y frenar el intento australiano con su brazo derecho; millones se encomendaron a dioses que ni siquiera conocen.

Messi jugó el partido número mil de su carrera profesional. Debutó el 16 de octubre de 2004, en la victoria del Barcelona, 1-0 ante Espanyol.
Ante Polonia se convirtió en el argentino con más encuentros jugados con la camiseta de la Selección por Copa del Mundo y con Australia llegó a 23.

Pero después de la pitada final, hay que poner el análisis debajo de la suela y analizar un rendimiento argentino que desde lo colectivo sigue en alza. Con mucho carácter y personalidad, adosado al juego.
Hay que reconocer una tarea defensiva casi sin fallas de sus centrales (la muralla Romero-Otamendi dio casi 20 centímetros de ventaja a las torres rivales), la búsqueda ofensiva constante de sus laterales (Molina y Acuña, siempre dispuestos al ida y vuelta), la presencia de sus medios a lo ancho de esa franja que decide el juego (gran sociedad De Paul-Enzo Fernández) y como obliga arriba (Messi por el centro y Papu-Alvarez prestándose de a rato las puntas).


Los goles de Messi y Julián Alvarez, fueron golpes muy certeros en el momento justo. El primero para documentar la distancia que ese momento había en los dos equipos y el segundo para manejar que Australia asuma la obligación que después lo abrió atrás.

Víctor Hugo Morales y el final del partido por Radio Nacional. 

Cuando baje la presión que subió a tres dígitos, hay que subrayar la decisión de cuidar la pelota y con ese gesto, buscar desnudar todas las falencias de un rival tan peligroso por arriba, como rudimentario por abajo. Y es necesario recordar que hasta la recta final, era un partido controlado al que la carambola del descuento le puso pimienta. Para ser justos con el análisis de más de 100′ de juego, volver a gritar el gol de Messi, que como frente a México destrabó el duelo y luego elevar la actitud del capitán para hacerse cargo del segundo tiempo después del 2-0.


Los dos festejos del final, la montaña humana sobre Dibu y los brazos en alto del 10, gritando la victoria por octavos de final.

De menor a mayor después de Arabia Saudita, en tres partidos la Selección argentina está poniendo a punto el funcionamiento que marcó la línea de este joven proceso que conduce Scaloni.
En síntesis, las películas son mucho más que la última escena…

https://www.youtube.com/watch?v=2foOLxvEuNk

PAISES BAJOS 3-ESTADOS UNIDOS 1 (Estadio Internacional Khalifa): Los goles de Memphis Depay (10’) y Daley Blind (45’) en la primera mitad, desarticularon a un rival de segundo orden mundial.


El gol de Denzel Dumfries, terminó con un partido que había complicado el gol de Haji Wright; una pelota que no pudo salvar el mismo Dumfries en la línea. 

En el complemento, el descuento llegó a través de una casualidad. Buscapié al centro del área chica, la pelota dio en el botín derecho de Haji Wright (31’) mientras se estaba cayendo y el balón se elevó hasta sorprender al arquero. El 1-2 fue un espejismo que duró cinco minutos, hasta que Denzel Dumfries (36’) cerró el partido.

Con jerarquía individual y oficio, los europeos sellaron el pasaporte a cuartos. Después de un arranque en el que la dinámica norteamericana parecía poner contra las cuerdas a los naranjas, Nopper le ahogó el gol a Pulisic y el choque se transformó en un trámite burocrático.

Luego del primer gol del partido, en el peor pasaje de Países Bajos en todo el encuentro, Estados Unidos abandonó su planteo inicial y confundió las prioridades: ¿salir a buscar el empate o cerrarse para congelar la diferencia?. La definición cruzada y de primera de Depay, luego de un centro desde la derecha, lastimó a toda la joven defensa de Estados Unidos. En el segundo tanto, la misma fórmula que en la apertura del marcador: Denzel Dumfries trepó la cancha, centro atrás y toque de Daley Blind.

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