Uriburu-De la Torre: El fútbol como plataforma de lanzamiento político

Por encima de la estima personal, a los dos los unía el anti yrigoyenismo que cultivaban por distintas razones. Félix Uriburu, el primer dictador del siglo XX, el general que inauguró los golpes de Estado en la Argentina y Lisandro De la Torre, uno de los fundadores del Partido Demócrata Progresista.
El militar fue el encargado de terminar el 6 de septiembre de 1930, con el proceso de gobiernos populares que se multiplicaron desde 1916, con la instauración del voto universal y secreto en nuestra vida republicana: Yrigoyen 1916-1922, Alvear 1922-1928 y otra vez Yrigoyen 1928-1930. Uriburu fue el ejecutor del deseo del poder real, sacar de la Casa de Gobierno a “la chusma radical”, que entre otras cosas había creado YPF lesionando los privilegios de las multinacionales petroleras…
De la Torre tuvo grandes diferencias con Don Hipólito, como dirigente de la Unión Cívica Radical. Esos desencuentros terminaron en generando un duelo que se llevó a cabo el 6 de septiembre de 1897. En aquel lance con sables, Yrigoyen le hizo un tajo en la cara a Lisandro y desde entonces el santafesino se dejó la barba, para cubrir la cicatriz.

Marzo de 1931. Mientras Yrigoyen estaba preso en la isla Martín García, Uriburu y De la Torre eligieron mostrarse en público, en el espectáculo más popular de aquella Argentina: el fútbol. Eligieron la cancha de N.O. Boys en el Parque Independencia, cuando el local jugó un partido frente a Unión de Santa Fe. Junto a ellos, Leopoldo Lugones.

En 1926, De la Torre se retiró de la vida política y se radicó en su estancia de Las Pinas (Córdoba). Uriburu lo fue a buscar al campo que años más tarde se transformó en el Parque Nacional Traslasierra, para comentarle la idea de terminar con Yrigoyen a través de una “revolución” y le ofreció un lugar en su gabinete. De la Torre no aceptó, pero regresó a su departamento porteño de Esmeralda 22, para estar cerca de la cocina política.
Para Uriburu, el santafesino debía convertirse en su sucesor. Era el hombre elegido para gobernar el país entre 1932 y 1938. Pero el triunfo del radicalismo en las elecciones bonaerenses de 1931, fue contundente. Más de 30 mil votos de diferencia para la fórmula Honorio Pueyrredón-Mario Guido, generaron dos cosas: la dictadura anuló las elecciones y la candidatura de Lisandro, se desmoronó ante la imposición del general Agustín Pedro Justo, como el primer presidente de la “Década infame” a través del “fraude patriótico”.

Proclama golpista de Uriburu, 6 de septiembre de 1930.

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